DE LA COLECCION AUSTRAL

S O F O C L E S
Presentación en la solapa, del libro AYANTE-ELECTRA LAS TRAQUINIANAS de ESPASA CALPE - ARGENTINA, 22 de julio de 1948, Pags. 162

Sófocles  el  inmenso griego, nació  en el año de 496 antes de J.C.  y murió en el año 406, después de una larga y gloriosa vida en a que parece  que no llego a conocer la desgracia ni los sufrimientos físicos , recibiendo después de muerto el homenaje hasta de sus enemigos, pues sabido es que los espartanos interrumpieron el fuego para que Atenas rindiese las últimas honras fúnebres al gran poeta. Sófocles, sereno y claro, constituye con Esquilo y Eurípides el tríptico que levó a la perfección el género dramático  griego, habiendo servido sus obras para que Aristóteles fundara su teoría de la tragedia. De toda su producción –ciento veintitrés obras, que cautivaron a los griegos durante más de de sesenta años - , la posteridad sólo conserva  siete tragedias completas, más numerosas fragmentos y una obra satírica modernamente reconstruida. Tres de estas tragedias, cuidadosamente traducidas verso a verso por José María Aguado: AYANTE- ELECTRA- LAS TRAQUINIANAS, da hoy  a la estampa la COLECCIÓN AUSTRAL. AYANTE, rey de Salamina, que ha querido dar muerte  a los atridas que iban a arrebatarle la armadura de Aquiles, descubre que , súbitamente cegado por Minerva, sólo ha asesinado a unas inofensivas bestias,  loco de orgullo decide quitarse la vida, pero su memoria es glorificada hasta por su enemigo Ulises, que organiza sus pompas fúnebres postreras. En ELECTRA, cuyo tema es inspiración inagotable de los siglos, la heroína arma el brazo de su hermano Orestes para eliminar a Clitemnestra, madre de Orestes, que ha mandado asesinar a su marido Agamenón, al que engañaba con Edipo y turbiamente humano. Las TRAQUINIANAS, que toman el nombre de las doncellas de Traquiniana, en Tesalia, es el drama de la ignorante  Deyanira que, de los de Hércules, y deseado asegurarse su fidelidad, le envuelve en la túnica ensangrentada del centauro  Neso, envenenándole y causando así la irreparable muerte de su amado héroe. Una vez más al acabar la lectura de estas tres tragedias, nos envuelve en el aura de la inmortalidad griega, la luz de aquel sol antiguo y siempre nuevo.

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